En las profundidades, donde la luz nunca osa llegar, se ocultan los Cucarrojos. Viviendo en cavernas esculpidas con la paciencia de las sombras, sus hogares están entrelazados con raíces ancestrales y musgo que murmura secretos olvidados. Cada guarida, un refugio único, es un susurro en la vasta oscuridad del bosque, un testamento de su dominio sobre el mundo subterráneo. No hay prisa en su existencia, solo el latido callado de la tierra, un eco que resuena en su ser, donde el tiempo parece ceder ante la quietud.

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Cada día, los Cucarrojos emergen de sus hogares en silencio, sombras errantes que caminan entre el manto de oscuridad. Se mueven sin rumbo, guiados por una calma profunda, cultivando rosas que nacen de las grietas de la tierra como símbolos de su armonía con lo invisible. La soledad no les pesa; más bien, la abrazan, sintiendo en su conexión con la tierra una fuerza inquebrantable. No buscan compañía, pero su presencia es como una promesa: siempre estarán, aunque nadie los vea, siempre en paz con el misterio del bosque.

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No conocen enemigos, porque su mundo se encuentra más allá del conflicto. Cuando la amenaza se acerca, no luchan, no necesitan hacerlo. Se disuelven en la oscuridad, desapareciendo en el silencio como si nunca hubieran existido. No buscan gloria ni posesiones, su poder radica en la quietud, en la capacidad de ser invisibles cuando el peligro acecha, y en permanecer en su lugar, intocados por las luchas de otros seres. En su equilibrio perfecto, el bosque les otorga un poder ancestral: el de vivir sin perturbar, el de observar sin ser vistos.

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Cuentan que en un tiempo de gran caos, cuando el bosque se agitaron con una tormenta feroz, un Cucarrojo encontró entre los escombros de su hogar una semilla, perdida y sola. Sin pensarlo, la plantó, y de ella brotó una rosa de tal fuerza y belleza que pareció desafiar a la misma tormenta. Desde entonces, cada Cucarrojo cultiva estas rosas no por necesidad, sino por un antiguo juramento: recordar que, incluso en la más profunda oscuridad, puede nacer algo que perdure, algo capaz de resistir el paso del tiempo y los ecos del caos