En las alturas, donde el horizonte se mezcla con las nubes densas y extrañas, vive la Tribu Airglide. Seres etéreos que no están atados a tierra, sino que se deslizan entre las corrientes del aire, flotando de un lugar a otro, sin rumbo fijo. Atraviesan nubes densas que afectan su ánimo, cambiando su energía y su estado, algunos se energizan, mientras otros se sumergen en una calma introspectiva. El cielo es su hogar, un lugar sin fronteras ni reglas, donde lo único constante es el cambio del viento.

Los Airglides suelen ser traviesos, disfrutando de asustar a aquellos seres que habitan el aire o los cielos. Se deslizan entre las nubes con agilidad, apareciendo y desapareciendo como sombras, causando inquietud en aquellos que se sienten seguros en sus alturas. Les encanta jugar con la percepción de los otros, haciéndoles creer que el viento se ha vuelto más pesado o que las nubes están a punto de tragarlos. Su naturaleza curiosa y juguetona les lleva a explorar sin descanso, pero siempre dejando una estela de misterio y desconcierto a su paso.

Los piratas aéreos los buscan sin descanso, pues consideran a los Airglides un manjar raro. Sus partes, tan ligeras y delicadas, son codiciadas y vendidas como exquisitos manjares a los reinos de las profundidades del mar. Los piratas, con sus veleros flotantes y redes de niebla, se lanzan a capturarlos, sin importar el riesgo. Pero los Airglides, escurridizos y astutos, conocen bien su terreno y siempre logran evadirlos, dejando atrás solo una risa suave llevada por el viento.

Hace años, un joven Airglide fue perseguido por un grupo de piratas que pensaban haberlo acorralado. En ese momento, el Airglide saltó hacia el Vórtice de Aether, un remolino de nubes que se abre y cierra al ritmo del viento. El Vórtice, tan impredecible como mortal, se tragó al joven Airglide y lo ocultó en su interior, permitiéndole escapar a través de un portal de viento que solo los más hábiles pueden controlar. Los piratas, incapaces de seguirlo, se vieron atrapados en la fuerza del Vórtice, desapareciendo en la niebla. Desde entonces, los Airglides han utilizado este fenómeno para escapar de sus cazadores, desvaneciéndose en el remolino de nubes y dejando a sus perseguidores perdidos en el cielo.